Nadie es profeta en su tierra
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La inspiración para esta nueva entrada de blog ha venido de la mano de la foto que la encabeza y que fue tomada en un tranquilo atardecer en la montaña.
No sé muy bien qué extraordinarias conexiones pueda hacer algunas veces nuestro cerebro..., el caso es que al mirar esa foto le asocié de manera automática la famosa frase bíblica que dice: "Nadie es profeta en su tierra".
Y es normal, porque quienes le conocieron (al profeta, me refiero) de una determinada manera esperan que su comportamiento sea tal y como ellos creen que debiera serlo. Se le ha encasillado dentro de cierto patrón que es el que para aquellos vale, y a pesar de ser alguien diferente ahora,
seguirán viéndole tal y como en su estructura mental aparece. Por lo tanto, muy poco importará que se sienta distinto a como le hayan conocido los demás y será casi imposible que acepten su nueva versión.
Para un profeta ya sean sus padres, hermanos o familia; sus amigos de la niñez, adolescencia o juventud, con los que convivió y creció en su tierra...; para ellos, seguirá siendo aquél al que se le conocía como el hijo de fulano o de mengano. Incluso le habrán apodado con algún que otro adjetivo calificativo y determinativo: el largo o el espabilado o el retaco…, apelativos con los que habrá quedado catalogado de por vida.
Y qué decir si se presentó durante una fase de su vida como una persona vergonzosa, tímida y callada, incapaz de mostrarse ante los demás. No esperarán ahora que actúe con arrojo y determinación.
Y, ¡ay de él!, si fue considerado como la oveja negra, por haber dado grandes quebraderos de cabeza a sus padres. Entonces, se le habrá tildado definitivamente como el problemático de la familia y será francamente difícil que le consideren de otro modo.
¡Qué fastidio! ¿No crees? Se le cuelga a uno el sambenito y resultará harto complicado desprenderse de él.
Aunque para los de su tierra no sea considerado para nada un profeta, él sí sabrá apreciar que hay una voz distinta en su interior. Y por querer ser consecuente con ella tendrá que alzar la suya propia con firmeza por encima de los suyos, para evitar que le pisen, y con el riesgo que eso implique: tener que dejar su tierra.
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Poner la mirada lejos de tu hogar; dirigiéndola hacia un horizonte nuevo y un futuro completamente incierto, aunque guiado por tu pretensión de querer conquistar tierras vírgenes e inexploradas.
Tienes la oportunidad de ser el estolón que se aleje de la planta madre original con la finalidad de extenderse y expandirse. Desarrollar raíces que se anclen sobre otro terreno y crear otra mata nueva.
Alcanzar esos lugares que te ofrezcan oportunidades únicas. Donde habrá gentes nuevas que te esperen con sus brazos abiertos y que sabrán ver a la persona en la que te has convertido.
Tienes la oportunidad de ser el estolón que se aleje de la planta madre original con la finalidad de extenderse y expandirse. Desarrollar raíces que se anclen sobre otro terreno y crear otra mata nueva.
También se abre camino para ti, profeta, para que alces tu voz, la voz de tu verdad.
Deja de repetir patrones y de pisar por el mismo camino que otros pisaron una y otra vez.
La vida te empuja a ir hacia adelante, hacia el desarrollo, hacia el progreso y la evolución.
Delante de ti se atisba un nuevo horizonte.
Es cuestión de
decidir qué hacer de aquí en adelante. Si seguir en lo mismo una y otra vez, o si eres capaz de abrirte a nuevos espacios que te amplíen.
También será cuestión de ser valiente para variar el rumbo de tu historia.
Deja
atrás tu tierra, si es preciso, y re-escribe tu vida futura.
Como decía al principio, no sé por qué extrañas conexiones que se producen en mi mente dan lugar a este escrito. Lo único que sé es que me dejo fluir y termino de escribir este artículo deseándote...
Que la luz y el
amor guíen siempre tu camino. 💫💖
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