Invierno en quietud
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El invierno nos invita a cuidar de nuestra
energía, nuestro don más preciado para llevar a cabo acciones, y a saber en dónde la hemos depositado.
Si alzamos la mirada a nuestro alrededor podremos observar cómo la Naturaleza se ha ocupado también de volcar su energía vital hacia adentro.
Afuera hace mucho frío; hay nieve, hielo, lluvias, granizo... La vida parece haberse esfumado de repente aunque
para nada sea así. No es que no esté. Lo que sucede es que ahora se encuentra
en un estado latente, a la espera de que lleguen otros tiempos más propicios. El
palpitar de la vida yace en el interior de la tierra, al abrigo. Se ha dirigido
toda la energía hacia adentro para preservarla y nosotros, deberíamos imitar también
este acontecimiento natural.
Durante el invierno, alegóricamente, atravesamos por
una pequeña muerte que, como toda muerte, es transitoria, puesto que tras pasarla
todo vuelve a renacer más adelante.
Por tanto, ya que estamos llamados a renacer en la próxima primavera, démonos la oportunidad durante el invierno de recluirnos en casa y saborear lo que puede aportarnos la quietud, la desconexión, el descanso y la escucha interna.
Volvámonos hacia el centro de nuestro corazón, hacia lo
más profundo de nuestro Ser, donde continúa la llama encendida, a la espera de las
revelaciones que puedan surgir desde este lugar.
Haz la parada obligatoria que el invierno exige; sin
prisas, con calma y confiando en el ciclo vital. Viaja cada día de este
invierno hacia un espacio sagrado que se encuentra en el templo de tu corazón.
Tu próxima primavera, tu próxima floración va a tener mucho que ver con este periodo transitorio de “no hacer”. Con este bajar el ritmo, descansar, recuperar-te, meditar, conservar encendida la llama y depositar la energía en el centro de tu corazón, donde debe estar.
Haz un pequeño esfuerzo y entrégate a lo desconocido. Esto
es a lo que ahora te invita la vida.
Mantén dentro de tu hogar el fuego encendido durante todo
el invierno.
Abrígate bien del frío, repliégate sobre ti mismo,
cierra tus ojos e ingresa en la profunda oscuridad y quédate ahí, sintiendo el palpitar
de tu corazón.
Parece que el círculo que forma la vida se va cerrando
sobre sí mismo, que llega a término, que se va a completar; mas no lo hará porque
la línea encargada de cerrarlo dará un salto inesperado y se abrirá ligeramente
como una espiral, traspasando el punto inicial y situándose en un plano algo más
elevado y más evolucionado.
La muertes y renacimientos continuos que se suceden en
la naturaleza y en toda la existencia, nos dan la oportunidad de poder elevar nuestra
conciencia.
Hasta que no comprendamos este misterio de la vida no
seremos capaces de vivir plenamente y mirar con otro enfoque.
Que tengas un hermoso invierno en quietud para poder renacer pronto, muy pronto.
💫💖Que la luz y el amor guíen siempre tu camino.
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