Respiro y regreso a mi centro


Escucha el audio de este artículo pulsando 👉 aquí

Hoy en día se propone como alternativa para paliar el excesivo calor del verano, la utilización de refugios climáticos. Pero, ¿a dónde puedo ir a protegerme del incesante aluvión de noticias alarmantes a las que se ve sometida mi frágil alma? ¿Qué remedio poner para paliar los efectos sobre mi retina de las escalofriantes imágenes de actualidad que cada día asoman en cualquier dispositivo?

Ya que cada vez resulta más difícil centrarme en el momento presente, es vital para mi salud integral encontrar un refugio en mi interior, donde generar mi propia paz y un momento de calma. Acabar con la dispersión mental en la que la mayoría de veces me encuentro. Regresar al verdadero hogar, donde habita mi auténtico Ser, en total quietud. 

Te propongo también a ti crear tu propio refugio sagrado, donde sentirte a salvo de los acontecimientos desagradables o de la influencia nociva de personas tóxicas que entran en contacto contigo. Un lugar accesible para que entres en él, al menos, una vez al día y te centres, alineando cuerpo, mente y espíritu.

Un espacio en el que cerrar la puerta al caos para dar entrada al orden y la sintonía. Eso hace que me mantenga en calma, a pesar de todo lo que me quieran contar o suceda en el afuera. En mi interior siempre podré crear un reino de paz inquebrantable. 

Retornar, cada vez que pueda, a mi centro, a mi lugar de seguridad. Donde me sereno, elevo mi vibración y expando la consciencia. Donde sintonizarme con la Tierra y con el Cosmos de los que no soy un ente ajeno.

Y la herramienta imprescindible una vez más, es mi respiración.

Enfocarme y prestar atención al fluir continuo de vida, al hilo invisible que me mantiene enfocada en mi cuerpo. Que me hace bajar de la mente y de las cavilaciones al ser y al estar de mi cuerpo.

Centrarme en la respiración me conduce al aquí y ahora. Sin huir ni escapar de lo que está ocurriendo. Sin imaginar ni anticipar nada. Sin angustiarme.

La respiración me une al instante presente, a mi cuerpo, a la vida que se sucede en continuas olas que vienen, con cada inspiración, y van, con cada exhalación.

Cuando respiro y tomo conciencia de este acto, me anclo al presente como un barco a tierra firme. Me protejo del oleaje que me zarandearía en alta mar.

Respirar es algo que me sucede. Por eso, me dejo respirar, me abro, me aflojo… Permito que fluya el aire hacia adentro de mi cuerpo. Me amplío, me expando, me agrando. Mi cuerpo se llena de oxígeno, de prana, de vida... Acepto todo lo que me llega al inhalar.

Y dejo de la misma forma que el aire discurra libremente en el otro sentido, desde mi cuerpo hacia afuera. Dejando salir al exterior el aire viciado. Sin retener nada. Me suelto. Me vacío. Me aflojo. Dejo ir.

Me dejo respirar y disfruto con la experiencia gratificante que se produce vez tras vez en mi cuerpo y en todo mi Ser.

Acojo el aire cuando ingresa lentamente en mí. Me dejo llenar, sin oponer resistencia.  Expando mi cuerpo, lo abro,  para albergar el soplo de vida y energía que penetra en cada hueco dentro de mi. Que se entremezcla con mis órganos, mis fibras y mis células...  

Confío en el acto de respirar.  Y sé que cuando suelte todo el aire y me vacíe, ahí no termina todo porque, inmediatamente, volveré a ser llenada.

Y dejo que se reproduzca el ritmo perfecto y constante de la respiración entrando y saliendo, fluyendo libremente...

         ✨✨✨✨✨

Si te das cuenta, cuando te mantienes centrado en tu propio interior, en tu respiración, en lo que pasa dentro de tu ser..., justo ahí, en ese instante..., se disipan los problemas, desaparecen. Entras en un estado completo de paz.

Ahí, sólo estás siendo y estando, formando parte de un respirar aún más grande que engloba también a todo el universo que te rodea y del que formas parte.

Por tanto, puedes dirigir cada vez más la mirada hacia adentro y transmutar cualquier pensamiento al serenar tu mente con ayuda del silencio y la quietud.

Sí, haz el silencio, y con calma respira..., ve hacia adentro, enfócate en tu interior. Es sólo cuestión de practicar y practicar hasta alcanzar la maestría.

Que la luz y el amor guíen siempre tu camino. ✨💖

Comentarios

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Entradas populares de este blog

Tu respiración, tu vida

La paz interior, nuestra mejor medicina

La Madre. Al servicio de la vida.